Spyware

Introducción


Otra de las amenazas de las ya muchas que nos aguardan en algún lugar de ese inmenso mundo virtual que forman las redes de Internet. Los "Spywares", o programas espia, son pequeños programas parecidos a los virus de los que más o menos todos hemos oído hablar. La diferencia es que estos parásitos no tienen un efecto dañino en nuestros ordenadores, por esto, no son detectados por los antivirus normales. 


Desarrollo

Los Spywares se instalan en nuestros equipos con la intención de robarnos datos y al mismo tiempo saber los sitios que visitamos en Internet, o lo que es lo mismo, hacerse con información de la que luego sacarán provecho, ya sea económico, o con intenciones publicitarias. 
Si bien el robo de datos, contraseñas, etc., puede ser preocupante, lo más peligroso es el robo de información bancaria, números de cuenta o claves de acceso.
Hay distintas formas en las que estos programas pueden instalarse en nuestros equipos:

  • Cuando aceptamos las condiciones de alguna aplicación o descarga, normalmente están en un idioma que no entendemos, aunque también se da el caso de que no leemos lo que estamos aceptando por pensar que es siempre lo mismo o por pereza ya que suelen ser textos bastante largos.
  • Pueden ir incluidos en otros programas maliciosos como los virus, de esta forma estaremos infectados por un virus al mismo tiempo que por un spyware.
  • También se da el caso de algunas páginas que nos descargan códigos sin nuestro permiso en los que se instalan los programas, Javascrips o cookies. 
Los spywares tienen el inconveniente de que no son programas que actúen exactamente fuera de la ley, al aceptar las condiciones que nadie solemos leer estamos aceptando que se instalen en nuestros ordenadores, ellos a cambio proporcionan nuestros datos a empresas de publicidad o de otro tipo haciendo así un negocio a costa de nuestro desconocimiento sobre estos temas.
Qué información pueden extraer que resulte interesante para estas empresas que hacen uso de estas actividades descritas:

  • Correo electrónico, con lógicos fines publicitarios.
  • Contraseñas, con distintos fines más preocupantes que la simple dirección de correo. 
  • Páginas que visitas con más frecuencia, así saben qué tipo de productos pueden interesarte y qué publicidad nos resultará más atractiva.
  • Cosas que solemos descargarnos para así conocer aquello que podemos demandar. 
Lo dicho, robo de información de la que se pueden beneficiar, desde empresas de publicidad o distintos productos a la venta, y peligro de robo de contraseñas o números de cuenta. 
Para saber si somos víctimas de alguno de estos programas hay unos síntomas que nos pueden hacer sospechar. 

Principales razones que nos pueden llevar a pensar que se nos ha instalado un programa spyware:
  • Las molestas barras de búsqueda que parecen haber aparecido por arte de magia y antes no estaban ahí.
  • Páginas que se abren solas, pop-up con contenidos sobre todo de páginas de sexo.
  • Cambios en la página de inicio u otros comportamientos extraños en el ordenador.
  • Navegación pesada, cada día más lenta especialmente en las redes, esto es debido a un consumo de recursos que antes no teníamos.

¿Cómo podemos deshacernos de los spyware?

Lo primero es tener claro que un spyware no es un virus y por lo tanto no es tan fácil de detectar como pueden serlo estos. 
El primer paso es evitar descargar programas o aplicaciones si no se está completamente seguro de su origen y fiabilidad. Hay que ser conscientes de que una vez instalado no es fácil de eliminar de forma completa, siempre nos pueden quedar restos que aunque apenas detectemos, están ahí. 
Si el spyware ya nos ha infectado hay una serie de programas que nos pueden ayudar en su eliminación: Ad-Aware, SpyBot, SpywareBlaster, etc. 
Es recomendable desconectarse de Internet para hacer la limpieza del aparato y una vez eliminado instalar un buen cortafuegos y mantener las protecciones debidamente actualizadas. 


Conclusión

Los spyware nos son exactamente virus aunque pueden considerarse programas dañinos y malintencionados. El mayor problema es que solemos dar nuestro consentimiento, de forma más o menos consciente, para que se instalen en nuestros ordenadores.
Cuando nos movemos por Internet hay que tener en cuenta que miles de peligros nos acechan, unos más preocupantes que otros. Por eso lo principal es tener el máximo de precauciones, no bajarse nada que no venga de fuentes fiables al 100% y leer dentro de lo posible, todas aquellas condiciones que vamos a aceptar. 
Aun con todo, nada es totalmente seguro. Los ciberdelincuentes operan cada día buscando nuevas formas de engañarnos, a nosotros y a los creadores de programas o a los difusores que ofrecen productos válidos y serios. 
Para protegerse de estos programas hay que tener cuidado con lo que descargamos e instalamos pero además hay que armarse de las herramientas necesarias para protegernos dentro de lo posible o que nos ayuden a solucionar el problema una vez que ya está donde no debería. 

Bibliografía

No hay comentarios:

Publicar un comentario